Los Muíños do Folón e Picón (O Rosal) conforman un espectacular conjunto con valores históricos, paisajísticos, etnográficos y naturales. Esta singular concentración de 67 molinos de agua de más de 300 años en un recorrido de poco más de 3 kilómetros es, sin duda, uno de los lugares imprescindibles para visitar en el Baixo Miño.
Lo más llamativo es la disposición en batería que podemos ver en la zona del Folón, donde los molinos parecen literalmente “colgados” de la ladera del monte, aprovechando la pendiente para obtener el máximo rendimiento de la fuerza del agua. Pero estos molinos son mucho más. Si te fijas durante tu recorrido encontrarás numerosos grabados de fechas (¡las más antiguas del siglo XVIII!), iniciales de antiguos propietarios, de variadas cruces protectoras de cada molino…
Estos molinos fueron utilizados, reformados y “vividos” durante siglos. En ellos se molía mayoritariamente harina de maíz (aunque también los había de moa albeira –de trigo-) y en buena parte de los casos se trataba de muíños de herdeiros, es decir, familias que se juntaban para la construcción del molino y después transmitían la propiedad y horas de molienda a las siguientes generaciones. Otros, en vez de seguir este sistema de propiedad, eran muíños de maquía, con un propietario que desempeñaba el oficio y, por tanto, cobraba la maquía (la porción de molienda que se reservaba como pago por el servicio).
O Folón e o Picón: mucho más que molinos
En la ladera del Folón, donde la pendiente es más escarpada, podrás ver la espectacular y singular disposición de estos molinos, en los que el agua que sale de uno entra directamente en el siguiente. Es frecuente ver este sistema escalonado en otros molinos, pero habitualmente en grupos de dos o tres. Contemplar tal cantidad de molinos, similares a cuando jugamos a tirar las piezas del dominó colocaditas unas muy cerca de otras, es un privilegio del que solo podemos gozar en este mágico lugar del concello de O Rosal.
Sus valores culturales (tanto materiales como inmateriales) están reconocidos oficialmente con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Pero en este lugar podemos encontrar otros valores patrimoniales que, en diálogo con los culturales, tienen que ver con la naturaleza.
En cuanto a las vistas, su principal atractivo está en la panorámica del estuario del Miño (zona de especiales valores naturales y por ser importante refugio de aves) y, como cumbre destacable, el Monte Trega (A Guarda). Tanto en la zona del Folón como en la parte más alta de la ruta (Chan da Cereixeira) podemos disfrutar de este bello paisaje. Desde el Folón también impresiona fijarse en el cañón que hace el río al encajarse en la montaña y, si es época de lluvias, la impresionante cascada que riega la zona.
Por su parte, desde el Picón continuamos viendo la panorámica del Miño, pero también podemos fijarnos en el fértil valle del Miño (no en vano, O Rosal es una reconocida zona por sus cultivos de huerta, frutales y planta ornamental). Justo en frente también veremos el Niño do Corvo, un impresionante mirador 360º del Baixo Miño que, sin duda, te recomiendo visitar.
Atractivos naturales
La visita a los Muíños do Folón e Picón es recomendable en cualquier época del año, puesto que cada estación tiene sus particulares atractivos. Aunque en el recorrido encontraremos zonas de árboles de plantación (pino y eucalipto), lo cierto es que también podemos ver excelentes ejemplos de frondosas (roble, castaño, alcornoque), así como arbolado y vegetación de ribera, tan importante para el mantenimiento de la diversidad y los cauces de los ríos (sauce, helecho real, sanguiño…)
Así, hacer la ruta de los Muíños do Folón e Picón en otoño nos regala unos colores y una luz verdaderamente especial. Dorados, ocres, parduzcos y rojizos tiñen esta “postal de cuento”. Pasearemos entre agua, hojarasca, erizos de castañas, piñas, hongos y los “quitameriendas” tan tradicionales de esta época del año, en la que el río suele llevar un generoso caudal.
El invierno es el mejor momento para observar la cascada y, cuando llega la primavera, en el lugar explota una bomba de color: la amarilla flor de tojo (chorima, alecrín…) y el violeta de los brezos (breixos, carrascas, carrasquiñas, uces…) son las principales protagonistas de esta postal. La floración también nos recuerda que, con la llegada de la nueva estación, en breve podremos ver paseando y pastando a los pequeños potros de los garranos, los caballos que viven en libertad en toda la Sierra da Groba.
Desde mi punto de vista, quizás el verano sea la estación menos espectacular. Pero lo cierto es que nos brinda los días más largos, la meteorología más estable y, por supuesto, el tiempo libre para poder viajar al Baixo Miño y disfrutar con calma de la ruta de los molinos del Folón y Picón en O Rosal. Y también nos regalan una sorprendente curiosidad botánica: en algunas zonas húmedas podremos ver frágiles plantas insectívoras que crecen de forma espontánea en esta época del año. ¡Cuidado donde pisas para no molestarlas!
Ruta y desvíos
La ruta de los Muíños do Folón e Picón es circular y tiene una longitud de algo más de 3,5 kilómetros. Transcurre por un sendero homologado (PRG-94) que comienza en el área de recepción de visitantes, donde hay zona de aparcamiento y baños abiertos al público. Se trata de un recorrido corto pero de fuerte pendiente, así que no te confíes: lleva calzado y ropa adecuada para andar por el monte. En el siguiente enlace tienes unos consejos y recomendaciones para tu visita, mientras que en este puedes consultar la propia ruta en mi perfil de Wikiloc.
A partir de ahí, debemos seguir las indicaciones amarillas y blancas del PRG si queremos seguir la ruta. Pero lo cierto es que encontraremos muchas más pistas y caminos donde, una vez conozcamos el lugar, también puede ser interesante asistir.
El principal desvío nos permite ir a la cercana capilla de San Martiño, otro impresionante mirador al Miño y la vecina Portugal. Lo encontraremos en la zona alta del recorrido (está indicado). Allí encontraremos otras pistas que nos llevarán al río de la Cal y a los muíños da Valga y otra nos llevará a una pequeña poza que forma el propio río da Cal.
Visita guiada a los muíños do Folón
Como has podido comprobar, estamos hablando de un lugar lleno de secretos para descubrir poco a poco y sin prisa. Puedes hacer la ruta por tu cuenta siguiendo las señales y paneles informativos pero, si lo que quieres es sacarle el máximo partido, te animo a hacerla conmigo.
En las visitas guiadas de Amodo Turismo a los molinos do Folón y Picón podrás experimentar, activar tus 5 sentidos y saciar tu curiosidad gracias a todo el material complementario que llevo (fotos antiguas, tipos de harinas, réplicas de objetos, documentos antiguos…). ¡Contacta sin compromiso!